Hola, hola mi gente.
Hoy quiero traerles un tema que me pareció muy importante esta semana. Como todo lo que comparto, nace desde mi experiencia personal, desde lo que voy transitando en este camino. Y es justamente de eso que quiero hablarles hoy: del estilo de vida.
Últimamente escuchamos mucho sobre “estilo de vida saludable”, y muchas veces se lo relaciona únicamente con la salud física.
Pero hoy quiero proponerles mirarlo desde otro ángulo: como ese caminito que vamos construyendo todos los días, con pequeñas elecciones, rutinas, hábitos, prioridades.
Un estilo de vida saludable —y acá me gusta recalcar esto— es el que es coherente con vos.
Con tu ritmo, tus necesidades, tu momento, tus valores.
Para mí, la salud no se limita al cuerpo físico: es integral.
No hay salud real si no incluimos también la mente, las emociones y el espíritu.
Entonces, ¿cómo sería empezar a ver ese estilo de vida saludable dividido en diferentes áreas, a las que podemos ir prestando atención y poniendo luz?
Porque mantenernos saludables no es solo para “vernos bien” o “hacer lo correcto”, sino porque esa salud es lo que nos permite ir hacia nuestros objetivos, lo que nos permite sostener la energía cada día.
Porque sí, tener metas está buenísimo. Tener sueños, proyectos, incluso cosas simples como disfrutar de un viaje o practicar un deporte. Pero para todo eso… necesitamos sentirnos bien.
Nuestro cuerpo es el vehículo que nos lleva hacia eso que deseamos.
Y si no le damos el lugar que merece, si no lo cuidamos con amor, difícilmente podamos aprovechar al máximo esta vida o caminar hacia eso que nos motiva.
Un estilo de vida saludable no tiene una fórmula mágica, no es igual para todos.
Lo que a mí me funciona, puede no resonarte.
Pero lo que sí podemos hacer es conectar con esa vocecita interior que todos tenemos, esa intuición que nos guía… si la dejamos hablar.
El problema es que muchas veces vamos tan rápido, que no la escuchamos. Y en la prisa, se pierde esa sabiduría.
Con este post, mi intención es dejarte una reflexión: ¿para qué cuidar tu cuerpo? ¿Para qué cambiar tu estilo de vida?
No para encajar en moldes o seguir modas, sino para caminar con más energía, claridad y propósito.
Un cuerpo sano, una mente en calma, emociones gestionadas, y una conexión más profunda con algo más grande que vos… eso te puede dar una vida con más ilusión y bienestar.
Te comparto estas cuatro áreas que puedes mirar, sin exigencias, con amor:
🌱 Cuerpo físico
¿Qué comes? ¿Te da energía o te la quita?
¿Te mueves? ¿Cómo se siente tu cuerpo hoy?
¿Hay algún dolor o malestar que estés ignorando?
Pequeños ajustes pueden traer grandes cambios.
💫 Emociones
¿Les das lugar a tus emociones o las tapás con el hacer constante?
¿Conoces alguna técnica para gestionarlas?
¿Te permitirías escribir, respirar, sentir, sin juzgarte?
🧠 Mente
¿Cómo están tus pensamientos?
¿Vivís desde la calma o desde el ruido mental?
🌌 Espíritu
No hablo de religión, sino de conexión contigo mismo/a. Con algo más grande.
¿Te das un momento para estar con vos?
¿Tenés un espacio de silencio o creatividad donde te conectás?
Quizás lo encuentras en la meditación, en el arte, en caminar en la naturaleza. Escúchate.
Espero que esta entrada te haya dejado algo para reflexionar.
Que te anime a mirar qué podés ajustar hoy, con amor, con paciencia, desde dónde estás y quién sos hoy.
Cuidarte no es una exigencia.
Es una forma de amor propio.
El cuerpo que habitas, la mente que te acompaña, tus emociones, tu alma… todo merece ser escuchado, respetado y nutrido.
Te abrazo grande,
Xime!
Magia pura🪄